Edificio Carrera

Edificio Carrera

viernes, 21 de marzo de 2014

Es un problema de actitud... (Rodrigo Waghorn)

Luego de haber leído todos los posteos de nuestros blogueros Minrel, concuerdo con la mayoría de los diagnósticos e impresiones que existen en nuestra casa sobre la crisis institucional que vive el Ministerio, pero difiero también sobre cuál es la principal solución a nuestros bien intencionados y justos reclamos.  Necesitamos medidas de modernización urgentes, eso está clarísimo, ¿quién lo podría negar?  El escalafón nos tortura, las faltas de incentivos apropiados a los méritos nos atormentan, pero no existe un cambio real si no comenzamos por nosotros mismos.

Lo primero que necesitamos, de manera aún más urgente que aquellos esperados cambios estructurales, es un Cambio de Actitud, un redescubrir de nuestra pasión por el trabajo, una urgente búsqueda motivacional que nos lleve a los momentos en que elegimos esta carrera, cuando decidimos representar a Chile en el extranjero y no a nosotros mismos en nuestras propias ambiciones.  Es como cuando Jerry McGuire, el representante deportivo de la pantalla grande interpretado por Tom Cruise,  despierta afiebrado en la mitad de la noche y se da cuenta que su trabajo no significa nada si no pone por delante su pasión por ofrecer un servicio personalizado y de calidad a sus representados.  Se da cuenta de que se había transformado en una máquina de hacer dinero y mentiras a sus clientes.  McGuire cambió, reencontró la pasión perdida y ganó su batalla personal.

Tener actitud es la forma de enfrentar nuestro trabajo, lo que implica, entre otros elementos, creer de verdad en nuestra función y buscar, de esa forma, agregar valor a la Política Exterior de Chile, haciendo ver con lealtad y decisión nuestras ideas a quienes toman decisiones y, aún más relevante, sentir que nuestra preparación SÍ nos permite realizar acciones criteriosas y que pongan en buen pie a nuestra organización.  Tener miedo a ser perjudicados en nuestras carreras por tomar decisiones complejas o aplicar la más mínima iniciativa, o por mirar a los ojos a alguna autoridad y decirle lo que uno realmente piensa, son algunos de los lastres que no nos han permitido posicionarnos en el lugar que nos corresponde como cuerpo de profesionales asesores en materias de política exterior y ejecutores de la misma.

Necesitamos una actitud distinta, valiente, propositiva, inteligente, que nos motive a perfeccionarnos y a mejorar nuestros conocimientos en cada área.  Si no cambiamos nosotros mismos, es imposible exigir cambios a las autoridades y pedirles una mayor confianza y respeto de la carrera.  Esta es la actitud que nos llevará a convencer a la autoridad de que la solución a la modernización de la Cancillería está en sus funcionarios, en la medida que seamos eficientes, motivados y comprometidos.  La modernización está en nuestras manos y depende, en primer lugar, de nosotros.  No nos quedemos estancados.

Rodrigo Waghorn

5 comentarios:

  1. Concuerdo plenamente con que la modernización debe comenzar por nosotros mismos, en quienes recae la principal obligación de hacer nuestro trabajo con entusiasmo y profesionalismo. ¿El Minrel no me paga un diplomado en Política Arabe en la Universidad de Chile? Me lo pago yo! ¿Quiero aprender alemán para ser destinado a Berlin? No espero a que el Minrel me lo proponga! Es cierto que nuestro Ministerio no nos da el suficiente "cariño institucional", se olvida de nosottros en momentos difíciles y no nos da todo lo que desearíamos. Pero al mismo tiempo, confía. Si no nos controla, es porque asume que estamos haciendo bien nuestra labor. Somos la materia prima que el país en su política exterior, démosle valor y, a través del estudio y la experiencia laboral, hagámonos imprescindibles.

    ResponderBorrar
  2. Completamente de acuerdo con lo que planteas. Y un buen inicio es justamente atreverse a expresar opiniones (a través de este blog u otro medio) abiertamente y no quedarse en la crítica sorda y sin destino. Asumamos que somo un cuerpo deliberante y aportemos con ideas y conocimento. Como bien dice Manuel, es nuestra responsabilidad hacernos imprescindibles.

    ResponderBorrar
  3. Comprendo el comentario y la necesidad de reactivar la pasión por el trabajo... sin embargo creo que esto distrae de los problemas más profundos y estructurales del Ministerio, que en mi opinión consisten en elevar el estandar de calidad del trabajo que hacemos como diplomáticos.
    El tema de la motivación tiene otra arista complicada: si el problema principal es ése, entonces la solución es llenarnos de charlas motivacionales, cosa que se ha hecho antes y que no sólo no ha solucionado nada, sino que nos ha dejado a todos más confundidos e igual de frustrados.

    ResponderBorrar
  4. No se trata de más charlas motivacionales, se trata de atrevernos como lo estamos haciendo en este medio. Sin duda hay grandes problemas estructurales y hay que atacarlos, pero uno de los problemas en la voluntad de las autoridades para hacer cambios es que no confian en nosotros.

    ResponderBorrar
  5. Estoy absolutamente contigo Rodrigo, en lo que se refiere a la actitud. Me parece que en el ámbito de cada uno, debemos ocupar los espacios y no dejarlos descuidados para que vengan "asesores" o "expertos" externos. Eso pasa por convertirnos en interlocutores sólidos en nuestros respectivos temas, para que a la hora de la hora, nuestros jefes nos pasen la palabra con confianza en que lo haremos bien. Los espacios y el respeto se ganan y se ganan con trabajo, con ideas y con propuestas.
    Sin duda todo esto pasa por tener buenos jefes, líderes generosos que sin proponérselo, o a veces si, nos ayuden en nuestra formación como diplomáticos. Confieso que he tenido suerte hasta ahora, trabajando con jefes que escuchan, que dan espacio a las propuestas y que permiten participar. Pero insisto, los espacios se ganan con hechos, no con palabras.

    ResponderBorrar